CAJA NIDO CON LARGUEROS DE CAMA PARA INSECTÍVORAS

CÓMO REALIZAR UNA CAJA NIDO CON LARGUEROS DE CAMA PARA AVES INSECTÍVORAS

El calor aprieta y el fringílido de la foto de portada satisface su sed en un pequeño arroyo. Hoy no hablaremos de calor, ni de verano ni de efecto invernadero. Hablaremos de camas y de cómo realizar una caja nido con largueros de cama para insectívoras.

Tradicionalmente en España, los largueros laterales de las camas de matrimonio, así como la estructura principal de muchos muebles, se han fabricado predominantemente con maderas duras y resistentes. Antaño eran abundantes y no había muchas restricciones. Además, eran fácilmente accesibles en la península. Hoy día estos materiales tan nobles están disponibles de forma gratuita en vertederos ilegales y contenedores de basura. Los tiempos cambian, pero la madera de calidad sigue estando ahí para que le demos una nueva vida.

TIPOS DE MADERA PARA CONSTRUIR CAMAS

Los largueros laterales de la foto anterior es probable que tengan unos 100 años. Se dice pronto, pero ahí están. Han sido retirados por los motivos más peregrinos pero probablemente habrían durado otros 100 años más.

Las maderas más comunes para realizar estos trabajos han sido maderas de crecimiento lento, muy al contrario de las que nos podemos encontrar en la actualidad. Obsérvese en la siguiente foto la sección de uno de estos largueros y la de un taco de palet. Los anillos de crecimiento no tienen nada que ver. En el primer caso están muy ordenados y perfectamente amontonados. En el segundo hay una gran distancia entre ellos y el desorden es mayor.

Sin tener a la mano una báscula, por la imagen podemos saber qué madera es más densa y pesada. A menor distancia entre anillos, crecimiento más lento y más densidad. Además, la anchura de cada capa es mucho más delgada.

Por último, el color entre uno y otro también es un signo identificativo. En el caso del taco de palet, se observa una madera blanquecina y poco envejecida. En los largueros, el color achocolatado y la veta, nos sugieren un árbol de mucha más edad.

TIPOS DE MADERA QUE NOS PODEMOS ENCONTRAR

Las camas que hacían los carpinteros a principios y mediados de siglo estaban hechas para durar. Además, estos trabajos estaban realizados con una maquinaria industrial pero sencilla. Cuando había, las cabezas de los tornillos eran planas y los clavos eran muy habituales. Nada de grapas o similar. Si nos fijamos se nota en los detalles que la manipulación no es perfecta, lo que indica un elevado nivel de artesanía.

Dependiendo de la zona y del poder adquisitivo, una de las maderas más solicitadas era la de Roble (Quercus robur). Ha sido una de las maderas más utilizadas en la ebanistería española hasta mediados del siglo XVII. Su resistencia, durabilidad y la belleza de su veta la hicieron ideal para muebles robustos, incluidas las camas. El de la foto siguiente es un precioso Quejigo (Quercus faginea) que nunca debería ser usado como madera, puesto que los árboles viejos NO SON UN RECURSO RENOVABLE.

El Castaño (Castanea sativa), al igual que el roble era muy apreciado por su resistencia y durabilidad. Es una madera fuerte y con una buena respuesta al trabajo, lo que la hacía una elección popular para estructuras que debían soportar peso y el paso del tiempo. Además, el aprovechamiento de las castañas ha favorecido el mantenimiento de castañares en muy buen estado de conservación en muchas zonas de la Península.

Al Nogal (Junglans regia), le ha sucedido algo similar al Castaño. El aprovechamiento de sus frutos y la belleza de su madera, ha favorecido su plantación y mantenimiento en ciertas localidades. Recordemos que aguanta muy bien las heladas, pero necesita mucha cantidad de agua. Se trata de una madera muy agradable de trabajar, resistente y de un color muy atractivo.

España produce sólo el 30 % de la nuez que consume. Debido a ello, el cultivo del Nogal ha tenido un auge en los últimos años. Aunque se trata de una inversión a largo plazo, la vida útil de uno de estos árboles es muy larga ya que puede superar los 300 años. Por todo ello, se pueden obtener rendimientos muy altos por hectárea.

El Pino (Pinus spp.), en sus diferentes especies cultivadas, es una conífera que se ha usado ampliamente, sobre todo en muebles más rústicos y baratos. Se trata de una madera fácil de trabajar y relativamente barata. Debido a la resina, necesita un tiempo de secado importante para poderla trabajar y que no se combe. Una vez que ha perdido la humedad, se puede barnizar y el resultado tiene bastante calidad y un peso menor.

El Haya (Fagus sylvatica) también se ha usado en ebanistería. Se trata de una madera dura, densa y muy resistente. Estas propiedades la hacen ideal para estructuras que requieren soportar peso y resistir el desgaste. Además, tiene una veta muy fina y uniforme (como se puede ver en la foto). Su color claro la hace muy atractiva y es muy agradecida de trabajar. Además, es relativamente fácil de curvar con vapor. Todas estas características la hicieron popular en la ebanistería y en la fabricación de sillas y otros elementos estructurales de muebles.

Su uso dependía mucho de la disponibilidad local en las distintas zonas de España. En regiones donde los bosques de hayas eran más comunes, era más probable que se utilizara esta madera para la fabricación de camas y otros muebles robustos. En otros lugares se ha usado el Roble y el Pino como elemento constructivo y para ebanistería.

Todas estas maderas han ofrecido tradicionalmente la robustez necesaria para soportar el peso del colchón y de las personas. La elección específica podía variar según la región, la disponibilidad local de la madera y el estatus económico de la familia.

DIY CAJA NIDO CON LARGUEROS DE CAMA

Como podemos ver en la última foto, usaremos dos tacos de madera de pino procedentes de un palet para la parte superior y la inferior. Ellos serán los que nos servirán de guía para fijar los laterales. En este caso se trata de los extremos de unos largueros antiguos.

No debemos obsesionarnos con que todas las partes encajen perfectamente. Al contrario. Si las uniones tienen cierta holgura, nos vendrá muy bien para que aguanten los cambios de temperatura. Además, también podrán drenar cierta cantidad de agua y hacer que la caja «respire».

Si nos fijamos en la cubierta, está totalmente descuadrada. No hay problema, porque vamos a recubrir la caja nido para insectívoras con un trozo de cámara de moto. Sé que no es un material biodegradable, pero como digo siempre, las cajas nido deben estar controladas y monitorizadas. Esto hace que, al final de su vida útil, podamos retirar los elementos no degradables como metal o goma, para su posterior reciclaje.

Vemos en la fotos como la madera aún tiene los clavos y no ha sufrido ningún proceso de lijado o regruesado. Y mucho menos pintado. Ya he explicado que no suelo repasar la madera por muchas razones. La funtamental es que prefiero que tenga un grosor elevado, lo que influirá positivamente en su durabilidad y termoregulación. Además, al abrir el poro, «rejuvenecemos» la madera, dejándola mucho más expuesta a agresiones de hongos e insectos.

Es importante que los cáncamos o hembrillas no las coloquemos en la parte superior, para evitar tensiones innecesarias. Suelo poner uno a cada lado y como mucho, uno más en la parte de atrás. De esta forma la fuerza se reparte.

La cámara de moto (patinete, bicicleta, tractor…) es un material fácil de trabajar y bastante noble. Mucho más sencilla de trabajar que la tela asfáltica y menos pesada. Resiste muy bien el paso del tiempo y bien fijada, garantiza una impermeabilidad más que aceptable. Todos los tornillos que suelo poner llevan arandelas, para mejorar la fijación de la goma.

Hace años que no compro tornillos pequeños. Los recolecto de los muebles que encuentro en la basura. Con un poco de paciencia, cualquier módulo de cocina o armario puede generarnos una buena cantidad de tornillería perfectamente conservada. Salvo que haya estado en contacto con la humedad, estos herrajes tienen mucha durabilidad y se pueden volver a reutilizar.

El agujero de entrada tiene unos 3,5 cm, lo que permite que puedan acceder especies como los páridos (Parus spp.) o el Gorrión Molinero (Passer montanus), entre otros. Como protección frente a pícidos y otros depredadores, lleva un herraje de un enchufe y en la base, varios agujeros de 1 cm de diámetro para drenar el agua interior.

En esta ocasión no lleva bisagra ni puerta para acceder al interior. Llegado el caso, habría que hacerlo desatornillando varios tornillos. Las bisagras que utilizo son de cazoleta, como las que se usan en los módulos de cocina. Nunca he comprado ninguna, puesto que suelen estar en muy buen estado en los muebles que hay en la basura. Excepcionalmente se pueden oxidar las de las cocinas, pero no es lo habitual. No recomiendo comprar bisagras para hacer cajas nido para insectívoras con largueros de cama.

Como vemos en la última foto, para el frontal he usado friso machihembrado de 2,2 cm. de grosor. No suelo cortar la madera para adecuarla a lo que voy a construir. De esta forma, las mermas son del 1 al 3 %. Cuando la terminaba, observé que el retal que mejor se adecuaba para la parte frontal era el de friso. De esa manera nos ahorramos algo de peso, puesto que todas las paredes hechas con largueros habrían supuesto un peso elevado, para el tipo de caja que tenía en mente.

Es cierto que no se trata de una caja nido reciclada muy estética, pero su ecodiseño proviene del «no-diseño». Esto significa que la sostenibilidad y recircularidad son las que determinan su funcionalidad. Por eso nunca uso madera cruda o tableros nuevos. En el caso de las cajas nido recicladas que fabrico, el diseño es la consecuencia de una disponibilidad de material, de una decisión ética y por tanto, política.

PEQUEÑOS REFUGIOS para GRANDES CAMBIOS…….

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Este artículo no ha sido escrito con IA ni AI